Chocolate: debido a que contiene cafeína y teobromina, aparte de síntomas digestivos como vómitos y diarreas, puede ocasionar alteraciones en el sistema nervioso de los perros.
Leche: debido a la ausencia de lactasa, que es la enzima encargada de digerir la lactosa, los perros son intolerantes a la leche, pudiendo aparecer alteraciones digestivas como vómitos y/o diarreas.
Queso: además de como en el caso de la leche contiene lactasa, contienen una gran cantidad de grasa que va a dificultar aún más el proceso digestivo. Los únicos derivados lácteos tolerados por los perros son los yogures que en lugar de lactosa contienen ácido láctico.
Cebolla: contiene una sustancia conocida como tiosulfato, una sustancia capaz de degenerar los glóbulos rojos y por lo tanto provocar anemia.
Ajo: de la familia de las cebollas puede provocar igualmente anemia, además a dosis altas puede crear insuficiencia renal
Uvas/pasas: totalmente prohibidas, pueden generar una insuficiencia renal.
Aguacates: contienen persina, sustancia que puede provocar tanto alteraciones digestivas como respiratorias.
Manzanas: más concretamente las pepitas de su interior que contienen grandes cantidades de cianuro, capaz de provocar alteraciones digestivas, respiratorias y neurológicas.
Masas fermentadas: la levadura que contienen produce alcohol y gases durante su digestión ocasionando alteraciones digestivas.
Café: no solo por la cafeína, sino por una sustancia conocida como xantina metilada que puede provocar alteraciones neurológicas.
Nueces de macadamia: ojo porque incluso con pequeñas cantidades pueden poner en riesgo la vida del animal. Provocan mareos, temblores y fiebre. Además, su alto contenido en fosforo puede ocasionar cálculos en la vejiga.
Chucherías de niños: contienen xilitol, responsable de incoordinación, letargo y desorientación, puede desembocar en insuficiencia hepática.
Huevos crudos: pueden contener Salmonella, bacteria responsable de alteraciones digestivas severas