LEUCEMIA FELINA

Se trata de un RETROVIRUS de la subfamilia ONCORNAVIRUS descubierto en 1964.

Es un virus que afecta a los gatos domésticos de todo el mundo, con unas prevalencias del 1% al 8%, llegando en algunas zonas incluso al 21%.

Existen 3 subgrupos: A, B y C; el subgrupo A es el infeccioso, mientras que el B y el C se generan “de Novo” en el paciente por mutación o recombinación del genoma del subgrupo A. El subgrupo B e el que se asocia con la aparición de tumores, mientras que el C, con anemias no regenerativas.

La transmisión del virus puede ser tanto horizontal, esto es especialmente por saliva, pero también mediante heces o sangre, cómo vertical, es decir, a través de la placenta durante la gestación, o durante la lactancia mediante el lamido.

En función de la inmunidad y de la edad del paciente, así como de la presión de infección del virus, nos encontramos con cuatro escenarios posibles:

  • Gatos “regresivos”: aquellos gatos, que tras la infección del virus vía oronasal y la replicación de este en el tejido linfático local (orofaringe), son capaces de eliminarlo sin que este llegue a diseminarse por el resto del organismo.
  • “Viremia transitoria”: son gatos, en los que el virus consigue diseminarse mediante linfocitos y monocitos al bazo, al timo, a los linfonodos y a las glándulas salivares y que por tanto ya son infecciosos, pero consiguen atajar la viremia en unas 3-6 semanas. En esto gatos el antígeno p27 ya es detectable.
  • “Infección latente”: se produce en los gatos que son capaces de atajar la viremia, pero no de eliminar el virus durante las primeras 3 semanas tras la infección, alcanzando este la médula ósea.
  • “Viremia persistente”: situación producida cuando la inmunidad de los gatos no es lo suficientemente fuerte, y la viremia persiste durante más de 16 semanas. Es en esta fase cuando aparecen las enfermedades relacionadas con la leucemia, y la esperanza media de vida se establece en torno a 3 años.

La sintomatología del virus de la leucemia es variable, e incluye la aparición de neoplasias y alteraciones resultantes de la supresión de médula ósea, estados de inmunosupresión y de enfermedades inmunomediadas entre otras.

El diagnóstico de la enfermedad se realiza mediante pruebas E.L.I.S.A. en sangre periférica o directamente por PCR en médula ósea. Se recomienda, a todo gato nuevo que se quiera introducir en una casa, realizar 2 pruebas diagnósticas espaciadas en 90 días para asegurarse de que ni padece leucemia ni es portador del virus.

Actualmente no existe ningún tratamiento que permita la cura y/o la eliminación completa del virus, sin embargo, se ha demostrado de manera “in vitro” que el interferón omega recombinante de origen felino ha sido capaz de inhibir la replicación del virus.

Se recomienda que los gatos enfermos o portadores del virus, permanezcan aislados del resto de gatos para evitar contagios e infecciones y realizarles controles veterinarios semestrales.